¿Cómo prefieres el pescado?
El miedo a escribir es el miedo a enfrentarnos a nosotros mismos, a no ser capaces de preservar nuestra identidad.
El miedo a escribir es el miedo a enfrentarnos a nosotros mismos, a no ser capaces de preservar nuestra identidad.
Comenzamos ya el viaje del antihéroe sumiéndonos en su primera etapa: el mundo ordinario, el que nos rodea, un mundo definitivamente jodido.
Nuestra voz no es buena ni mala ni mejor ni peor. Es una voz y, como todas las voces (como todas las verdades) merece ser tenida en cuenta.
«Las cartas de Arturo», las cartas que motivaron la novela «Un final para si su final», hoy próxima a su publicación.
La originalidad es algo sobrevalorado —o relativamente inexistente. Más que perseguirla incesantemente, te recomiendo: «Encuentra tu voz».
Tenemos derecho a estar equivocados. Es más, yo diría que es un deber moral, ya que se trata de la forma más fácil de garantizar aprendizaje.
Hay dentro de cada uno de nosotros un músculo, una célula… que siempre va a tratar de convencernos de que no lo intentemos. Veamos por qué.
Antes de comenzar el viaje que tenemos pendiente hemos de saber diferencia qué es un héroe, qué un antihéroe y asumir cuál de ellos somos nosotros.
El miedo a escribir —como cualquier otro temor— es, en realidad, el reflejo de otro miedo subyacente que es el que verdaderamente hemos de descubrir —y combatir— para acabar con él (o ellos) de raíz.
Conoce un poco sobre mí y sobre los motivos por los que empecé este panfleto filosófico con tintes de ayuda anti-terapéutica.