Hoy —ya que en principio no me queda más alternativa que la de ejercer mi derecho al pataleo— vengo a quejarme contra algunas de las «corporaciones del mal» con las que últimamente he tenido los más serios problemas.
Primero, BITPoint LATAM, que, básicamente argumentando que sus términos y condiciones —esto es, «derecho privado»— prevalecen sobre la ley —esto es, «derecho público»— que nos insta a «no apropiarnos de aquello que no nos pertenece» porque, en tal caso, se denomina cuanto menos «hurto» y cuanto más «robo», ha decidido apropiarse —sin tener ni siquiera la decencia de notificarme al respecto— la inversión de $400 que hice en criptodivisas hará algo así como año y medio alegando que, una vez más, tal y como recoge en sus términos y condiciones, «mi cuenta ha estado inactiva durante un período mayor a los 6 meses por lo que se reservan el derecho a apropiarse de la que sea la inversión realizada en dicha cuenta».
Te cagas, lorito 🦜
Y yo me pregunto:
¿Qué sentido tiene invertir si no puedes estar tranquilo al respecto de tu inversión «al largo plazo»?
Quiero decir, con la devaluación de la criptomoneda que se vive a día de hoy, esos $400 apenas «valían» ya $0,04, pero son $0,04 que seguían —y deberían seguir siendo— míos.
Y, nuevamente, no conozco sistema legal de la sociedad moderna en el que no se establezca que «el derecho privado no puede prevalecer sobre el derecho público». O, dicho de otro modo, nadie debería poder robarte e «irse de rositas» así haya un «contrato» —dígase, aceptación de términos y condiciones de uso de la plataforma que sea— de por medio que diga que sí que lo puede hacer.
Y, por supuesto, teniendo en cuenta que desde que me ha pasado lo que me ha pasado, por mucho que trato de ponerme en contacto con ellos, ya no soy un cliente —más o menos satisfecho— sino un incordio a lo que inflar sus arcas sin respeto ninguno por el usuario se refiere.
¿Moralejas?
Sencillo:
- Leer los términos y condiciones de aquellas plataformas en las que decidimos tomar parte es mucho más importante de lo que creemos —sea cuanto sea lo mucho que lo creemos—.
- No invirtáis nunca con BitPointLatam, habida sus política oscurantistas de incomunicación para con el cliente así como, por supuesto, de imponer «su derecho privado» al derecho público.
- No tratéis de invertir vuestro tiempo tratando de razonar con un servicio de atención al cliente que no representa más que una criba a nivel de con quién verdaderamente les interesa hablar —esto es, con aquellos que quieran dejarles plata— pero no con aquellos que no —dígase, yo en este, mi caso—.
Y aquí acaba, al menos por ahora, mi «triste» historia. Espero que les aproveche muchísimo haberse quedado con mis $400 dólares, valgan lo que valgan a día de hoy… y lleguen a valer lo que lleguen a valer en el futuro. Eso sí, que todo lo que ganen al respecto se lo tengan que gastar en medicinas 🙂
Y es que suele decirse que no se le desea nada malo al prójimo… y yo digo que… mis cojones: ¡Arda Roma y todas las «corporaciones de mal» que, como BITPoint LATAM , la han infestado con sus políticas mercantilistas, oscurantistas y, en definitiva, «hijoputistas»!
Muchas noches, buenas gracias.
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