Maldito Negroni
Como Berlín en La Casa de Papel, me entraron ganas de destruir un bar porque, parafraseándolo, un bar que sirva un Negroni de esa (carencia de) calidad se merece la total destrucción.
Como Berlín en La Casa de Papel, me entraron ganas de destruir un bar porque, parafraseándolo, un bar que sirva un Negroni de esa (carencia de) calidad se merece la total destrucción.