fbpx

The IF Show T10E10: Breve historia del racismo (III)

The IF Show T01E010 · Breve Historia del Racismo (2ª parte) · Ibai Fernández
Guión

[Monólogo de pie a cámara]

Muy buenas y bienvenidos, una vez más, mi muy querida y ya no tan pequeña audiencia. Y es que con el episodio de la semana pasada no sólo alcanzamos sino que superamos los 100 suscriptores; más de 100 incautos que, como vosotros mismos, tenéis a bien, cuanto menos, recibir en vuestros dispositivos móviles y en vuestros correos electrónicos una notificación a la que, no obstante y más que probablemente, no le prestéis la más mínima atención.

Y no os culpo, ojo. Si yo mismo no me aguanto la mitad de cada día… ¿por qué tendríais que hacerlo vosotros? Con la cantidad de contenidos de calidad que hay en TikTok y la multitud de grandes comunicadores que hay en Youtube, no sé qué hacéis sintonizando un show en el que ni la burla barata es costumbre ni mis actitudes, mis formas o mis ritmos son, respectivamente, fáciles de soportar, de entender o de seguir.

Y con todo y con mucho más — que de la auto-crítica soy el rey… y si no preguntádselo a mi madre — hemos superado ya, querida familia, ese primer centenar de suscriptores. Así que, para celebrarlo, hemos decidido mi productora y yo que por cada centenar de nuevos suscriptores apareceré bailando una danza tradicional de algún lugar remoto del mundo. ¿Aunque cuán remoto puede ser un lugar en un mundo tan globalizado? Celebramos hoy por tanto los primeros 100 seguidores de esta vuestra casa bailando el hopak ucraniano.

[Ibai baila el hopak ucraniano sentado en una silla durante 5 segundos]

Si alguien pensó que lo haría bien, ya os dais cuenta de que estabais equivocados… Para la próxima celebración prometo practicar antes. Empecemos ahora sí, el episodio de hoy, que ya se nos acaba la temporada. ¡Adelante!

[Ibai en el escritorio]

Pues sí, como ya avisé la semana pesada, cerramos hoy la que ha sido la primera temporada de este show del que espero que hayáis disfrutado y que espero que extrañéis el tiempo que permanezcamos fuera de pantalla, que no será ni mucho ni poco pues como se suele decir: «El arroz tarda en crecer el tiempo que tarda en crecer el arroz.»

Y lo hacemos con este episodio titulado nada más y nada menos…

[Sobreimpreso con título]

«Breve historia del racismo (tercera parte y final… y final del principio)»

[Ibai en el escritorio]

Porque sí, os prometí una tercera entrega de la «Breve Historia del Racismo»; y si bien todos sabemos que las promesas son esos solemnes compromisos que hacemos con la más que firme intención de acabar incumpliéndolos de algún modo en algún momento de nuestras vidas (léase «matrimonio»), he pensado que todavía es demasiado pronto en nuestra relación, querida audiencia, como para fallaros de ese modo.

Pero también, por otra parte, acabamos hoy la temporada y me gustaría dejar otra serie de puntos claros que iremos viendo en el transcurso del episodio de hoy.

[Cortinilla]

Además, resulta que dejamos colgado el tema la búsqueda del origen del racismo en algún punto de la Edad Moderna y ni siquiera milagro mediante sería capaz de comprimir en un sólo episodio — a no ser que éste durare un par de semanas sin interrupciones — las atrocidades que en nombre del racismo se han venido cometiendo en los últimos pocos siglos y de los que la guerra de secesión estadounidense, el apartheid sudafricano o el nazismo alemán son tres de los más populares ejemplos de una lista que, como digo, nos llevaría semanas ininterrumpidas de emisión tratar.

[Pantalla partida con imagen del libro «Breve Historia del Racismo»]

No obstante, para todo aquel que quiera saber más al respecto de la historia de esta absurda ideología que es el racismo y teniendo en cuenta que a partir de la segunda temporada dejaremos de mirar tanto al pasado para comenzar a ahondar en los temas del presente — razón, además, por la que no volveremos a incidir sobre este tema que en el último par de episodios y en éste venimos tratando —, os recomiendo este libro que es, por cierto, de donde he sacado muchas de las teorías que ya compartí con vosotros y que se han llegado a tildar de locas, anti-españolas y, por supuesto, de herejes y demoníacas por parte de muchos de los espectadores de los últimos dos episodios.

Así pues, definitivamente, saltémonos varios siglos en lo que a la historia del racismo se refiere — probablemente los más convulsos al respecto, no obstante — y centrémonos hoy en los asuntos más actuales que está motivando esta clase de absurdo pensamiento y las reacciones principalmente sociales por él generado. ¿Me acompañáis?

[Cortinilla]

[Pantalla partida con imagen de Aunt Jemima]

Lo primero, la retirada de la marca «Aunt Jemima» de las estanterías de los supermercados por parte de la compañía Quaker Oats tras reconocer que los orígenes de dicha marca — de más de 130 años de antigüedad — se basaban en un estereotipo racial.

[Sobreimpreso con texto]

«A medida que trabajamos para avanzar hacia la igualdad racial a través de varias iniciativas, también debemos analizar detenidamente nuestro portafolio de marcas y asegurarnos de que reflejen nuestros valores y cumplan las expectativas de nuestros consumidores», dijo la compañía propiedad de Pepsi en un comunicado a CNN Business.

[Batería de imágenes]

Y es que el origen y el logotipo de la marca se basan en la canción «Old Aunt Jemima», una canción de la que se ha reportado haber sido cantada por esclavos. Esta marca inaugurada en 1890 basaba su logotipo en Nancy Green, una «narradora, cocinera y trabajadora misionera» nacida en la esclavitud.

[Ibai en vídeo]

Yo aquí, la verdad, no entiendo nada. Puestos a poner… ¿no podría haber sido esto entendido, en cambio, como un homenaje en lugar de como un prejuicio? Es decir, Nancy Green, «narradora, cocinera y trabajadora misionera nacida en esclavitud» no sólo luchó por su libertad y la consiguió, sino que además consiguió ser inmortalizada como parte de la marca de pancakes probablemente más famosa del mundo entero.

En su lugar, los motivos para retirar esta marca del mercado fue que ésta se basaba en la imagen de una criada devota y sumisa que crió con entusiasmo a los hijos de sus amos blancos mientras descuidaba los suyos propios.

Yo, la verdad que no sé qué opinar… Sólo me pregunto lo que os pregunto a vosotros en este instante: ¿Qué es más racista: basar una marca en una criada negra de finales del siglo XIX o eliminarla de la estanterías por lo que un blanco piensa al respecto  de ella? Da para pensar, ¿no?

[Cortinilla]

Y de marca a marca, vayamos ahora al oportunismo mercadológico de Calvin Klein. En mitad de toda la debacle social que en principio podríamos considerar disparada por el asesinato a manos de agentes de la policía de Minnesota del ciudadano estadounidense George Floyd, Calvin Klein decide elegir a Jari Jones, una mujer negra, transexual, lesbiana y curvy — que es la tendencia políticamente correcta a la hora de referirse a la gordura — para protagonizar sus últimas campañas — coincidiendo, además, con el mes del Orgullo Gay de este año 2020.

[Sobreimpreso con texto]

De acuerdo a un comunicado, la compañía del diseñador estadounidense afirmaba que «busca trabajar con modelos que representen a la mayoría de personas y no solo a un grupo pequeño.»

[Ibai en vídeo]

¿No estamos pasando de un extremo al otro, señor Klein? Quizás una mujer blanca de formas anatómicas consideradas perfectas de acuerdo a los cánones estéticos que se han venido considerando como tales en las últimas décadas no representa «a la mayoría de personas», pero… ¿sí lo hace una mujer transexual, negra, gorda y lesbiana? ¿O estamos sólo aprovechando el momentum sociopolítico presente para impactar considerablemente en el mercado más que en el usuario?

[Recortes de prensa uno sobre otro]

Estoy seguro que la campaña publicitaria ha tenido más repercusión a través de todo el ruido que la prensa ha hecho de ella que verdaderamente por lo que cualquier usuario pueda llegar a identificarse con Jari. Que ojo, más defensor a ultranza que yo de los derechos de cada uno de nosotros a amar y a expresar sus tendencias sexuales e identidades de género no creo que seáis capaces de encontrar, pero… ¿De verdad creéis que una mujer mujer transexual, negra, gorda y lesbiana representa «a la mayoría de personas y no solo a un grupo pequeño»?

[Ibai en vídeo]

Aquí lo que me fastidia no es la contratación de una modelo sin duda singular, sino que quieran disfrazar su uso oportunista a través de estas supuestas «buenas intenciones» que la compañía yankee tiene al querer representar a la mayoría de las personas.

No sé cómo lo veis vosotros, pero a mí me da que Calvin Klein busca lo que cualquier otra compañía: ganar dinero a mansalva; y ha encontrado en Jari la forma de capitalizar un momento sociopolítico concreto y de ahorrarse mucho dinero en publicidad multiplicando su efecto a través del ruido que, como ya he dicho, la prensa ha hecho al fijarse en ella. ¿Buena estrategia de marketing? Sin duda. ¿Buenas intenciones? Yo no diría tanto. Es más permitidme una pregunta sencilla: ¿Habría elegido Calvin Klein a Jari Jones como modelo hace un año? I dont’ think so.

[Cortinilla]

Luego tenemos el tema de las reediciones de episodios de series e incluso  eliminaciones completas de éstos, las renuncias de actores de doblaje por usar sus voces para doblar personajes de «minorías de las que no son representantes» y las disculpas de mucha gente del espectáculo por haber realizado en sus programas gags de los que, en perspectiva, ellos mismos han afirmado que fueron discriminatorios o tenían tintes racistas.

[Sobre vídeo]

Concretamente, por ejemplo, han sido eliminados o reeditados episodios de las series «30 Rock», «Community», «W/ Bob & David», «The Office» — en su versión americana —, «Scrubs», «The Golden Girls» o «It’s Always Sunny in Philadelphia» (además de los shows australianos «We Can Be Heroes», «Summer Heights High», «Angry Boys» y «Jonah from Tonga»), mientras que otros han visto su desaparición completa e inmediata del servicio de streaming del que formaban parte — concretamente de Netflix — como, por ejemplo, las disparatadas serie británicas «The Mighty Boosh», «Little Britain» y «The League of Gentlemen» por tener en su reparto a actores blancos interpretando el rol de personajes negros.

Dentro del mundo de los shows «late-night», los presentadores Jimmy Fallon y Jimmy Kimmel han emitido sendas declaraciones disculpándose por haber protagonizado sketches del tipo «blackface» a lo largo de sus carreras.

Para aquel que no lo sepa, por cierto, el término «blackface» hace referencia al maquillaje teatral empleado para representar a una persona negra que ganó popularidad en el siglo XIX especialmente en los Estados Unidos y que fue prohibido en 1960 cuando el Movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos obligó a ello, dado que era un «evidente ejemplo de racismo»

Y dentro del mundo de la animación, cinco meses después de que Hank Azaria declarase que no doblaría más a Apu Nahasapeemapetilon, personaje hindú del universo de «Los Simpsons», fue en un mismo día que Jenny Slate presentó su renuncia por poner la voz de una niña negra en el extremadamente recomendable show «Big Mouth», Mike Henry hizo lo mismo en relación a su doblaje del personaje Cleveland Brown en «Family Guy» y los productores de la serie «Central Park» anunciaban que Kristen Bell ya no pondría más su voz uno de los personaje del mencionado show. Además, ese mismo día, el equipo de producción detrás de «Los Simpsons» anunciaba que nunca más un actor blanco doblaría a un personaje de color.

[Vuelve vídeo]

La verdad que no sé qué pensar al respecto. Mucho menos cuando Ryan Reynolds lanza hace poco su campaña «Group Effort Initiative» que trata de hacer de la comunidad hollywoodiense una mucho más inclusivo dando la oportunidad a becarios de grupos minoritarios de participar en la próxima película que rodará, como el mismo comienza diciendo en su anuncio, si el virus se lo permite. Más información en https://www.groupeffortinitiative.com/

Para que os vayáis haciendo una idea de lo que los movimientos sociales provocados por el asesinato de George Floyd han conseguido, HBO Max bajó de su catálogo de películas «Lo que el viento se llevó» para subirlo al poco tiempo no sólo con una advertencia que dice que «el film niega los horrores de la esclavitud», sino que lo hizo añadiendo dos vídeos que analizan el contexto histórico en el que se rodó esta película — estrenada en 1939 — y que llegan a incluir en ellos un panel de debate subrayando «lo complicado de su legado».

Una película que, por contraste, resultó en la consecución del primer Oscar entregado por la academia a una actriz negra, concretamente a Hattie McDaniel por su papel de Mammy en dicha película. Yo me planteo: ¿Qué pensaría Nancy Green (la inspiración tras la marca Aunt Jemima) de Hattie? ¿Y Hattie de la retirada comercial de la marca Aunt Jemima? Un Oscar, por cierto, del que este año se celebra su octogésimo aniversario.

Y, por último, ¿habéis escuchado eso de que el fuego no se combate con fuego y el odio engendra más odio? Pues aquí tenéis la prueba más irrefutable:

[Vuelve vídeo:

https://www.youtube.com/watch?v=SeUEGbA7Mdc]

En Estados Unidos, radicales afroamericanos se agruparon en coalición bajo el acrónimo NFAC, la «Not Fucking Around Coalition», es decir, la «Coalición del “no estamos de joda”». Esta coalición aboga por la violencia como respuesta a la opresión que sufre la minoría negra en los Estados Unidos, llegando a exigir tierras en las que puedan fundar su propia nación negra / independizada completamente de los Estados Unidos / y  en la que incluso el acceso de los hijos de matrimonios interraciales vean a sus padres investigados antes de permitirles el acceso.

Y todo ello, para colmo, bajo ya sea la dictadura o el gobierno democrático de uno de los presidentes estadounidenses que a nivel histórico probablemente haya tenido los peores índices de aprobación tanto por parte de la población en general como mucho más específicamente por parte de las minorías étnicas que viven en Estados Unidos de América, especialmente por parte de la comunidad negra.

Y si digo «dictadura o gobierno democrático» es porque la única diferencia entre ambos sistemas políticos es que en uno de ellos — a ver si sabéis vosotros en cuál — te dejan elegir quién te pone la rodilla sobre el cuello. Y es que para el difunto George Floyd, sin embargo, tal y como dictan los hechos, no hubo diferencia alguna.

[Cortinilla]

Pues bien, mis querida audiencia, esto ha sido todo por hoy y por esta temporada. 10 shows grabados y 6 en directo de los que espero que, cuanto menos, os hayan enseñado algo, hecho reír un poco y entretenido lo suficiente.

Me voy hoy y lo hago por un tiempo más o menos indefinido. Espero estar de vuelta a mediados de septiembre, pero, la verdad, si tardo un poco más o me arranco un poco antes fruto de la necesidad que pudiere llegar a tener de alimentar mi ego volviendo a ponerme delante de la cámara que no conste que no os avisé.

Eso sí, esta vez no me voy con el típico ruego de que me comentéis mucho y me toquéis las campanas y los «pulgarcitos»; esta vez me voy con tres anuncios: el primero, que mañana nace la carrera comercial de «mi niña pequeña», mi Índika, esta kombucha que me ha llevado dos años desarrollar y que, tan beneficiosa para la salud como cualquier otra auténtica koombucha, es 10 veces más alcohólica que la más alcohólica de las marcas de la competencia además estar pensada para un público objetivo que, rebelde con o sin causa, tenga ganas de experimentar algo verdaderamente diferente, algo que he llamado la #ExperienciaÍndika y que no podréis conocer hasta que no tengáis la posibilidad de probarla.

El segundo, que pronto podréis disfrutar de mi primera novela, «Un final para su final» que se encuentra por fin en fase de diseño editorial y que cuenta la odisea de Arturo, un personaje que en sus últimos días de vida averigua qué es lo peor que te puede pasar cuando sales a la búsqueda del único recuerdo al que poder agarrarte para decidir si tu vida ha valido o no la pena.

Y el tercero, que la segunda de las temporadas de mi show no regresará a Facebook, pues estoy cansado de recriminaciones inverosímiles y hartamente sesgadas por su parte en lo que a reclamaciones de derechos de propiedad intelectual se refiere. Un fotograma de Trump hace dos episodios y una imagen de una pinturas de más de 200 años de antigüedad han valido para que me impugnaran la propiedad intelectual de mi contenido, lo cual me parece flagrantemente ridículo. Así que si queréis verme a partir de mi vuelta en septiembre de este año, os tocará sintonizarme en Youtube, donde, como he prometido, bailaré una danza tradicional por cada 100 nuevos suscriptores que consiga.

Además y por cierto, el miércoles es mi cumpleaños… y aunque las posibilidades este año son más que escasas, siempre me gusta tomarme unos días de preparación… y unos meses de recuperación para las fiestas con las que me vengo a homenajear cuando llega esta época del año. Que ya cumplimos 35 y ningún día se es más joven de lo que ya se fue ayer. Recordad que no siempre se consigue lo que se quiere pero que si te esfuerzas mucho y muy duro… quizás consigas lo que necesitas.

Muchas gracias… y hasta pronto. 

¿Qué te pareció? Déjame un comentario.

Prometo responderlos todos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Si te gustó, considera compartirlo
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email
Si llegaste hasta aquí, suscríbete

¿Quieres que te envíe contenidos a tu correo electrónico? No voy a spammearte, puedes tener esa seguridad. Sólo te haré partícipe por correo electrónico de los nuevos contenidos que vaya escribiendo por si te interesa leerlos. Haz clic en el siguiente enlace para ver más detalles sobre mi política de privacidad.

[ultimatemember form_id="2106"]

Todos los campos son obligatorios. La eñe no está permitida como parte del nombre de usuario. Puedes echarle un vistazo a mi política de privacidad aquí.

¿Viste ya mi show?

The IF Show

En abril de 2020 comencé The IF Show en Youtube para hablar de ciertos asuntos de los que quería hablar. Después de comenzado, la cantidad de trabajo desplazó el tiempo — y la energía — que tenía para hacerlo, por lo que dejé de producirlo y emitirlo en algún momento del otoño de ese año. Voy a volver a las andadas más pronto que tarde, pero mientras que lo hago, puedes disfrutar de lo que en su momento fue.

Ibai Fernandez
Suscríbete y recibe mis contenidos en tu email

No voy a spammearte, puedes tener esa seguridad. Sólo te haré partícipe por correo electrónico de los nuevos contenidos que vaya escribiendo por si te interesa leerlos. Haz clic en el siguiente enlace para ver más detalles sobre mi política de privacidad.